Pido a mi Buen Señor que mantenga tu mente, tu corazón y tus pies en Su Camino; que Su Presencia te rodee como el aire que respiras, que Su Luz brille intensamente en tu interior, y que todo tu ser esté, siempre, bajo Su celoso Cuidado, para que puedas cumplir a cabalidad con el itinerario que El mismo te trazó. Su Santo Espíritu te de la sólida convicción de guardarte en santidad, fidelidad y firmeza, en la vocación que te fue otorgada cuando creíste. Y que la Valentía y el denuedo del Cristo de Dios invada el espíritu de todos sus redimidos en toda la tierra, para que el siguiente precepto tenga fiel y pronto cumplimiento en todo el mundo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. (Marcos 16:15-18) Amén.